Todo el mundo tiene un problema, independientemente de dónde viva o cuan perfectamente haga las cosas; alrededor de cada quien gira una dificultad, y es cuestión nuestra decidir si pasar de el o preocuparnos por ello.
Quizá no todos puedan resolver sus aprietos, pero la gran mayoría pasa por una gran depresión antes de superarlo. Me imagino que si estás leyendo esto probablemente pensarás acerca de tu más grande problema.
Personalmente, siempre he tenido una especie de conflicto por los estereotipos. Cualquier estereotipo me quiebra la cabeza y no me deja pensar. Incluso he llegado a pensar que es cosa mía, pero...
Ahora mismo pienso en eso. Y por eso decidí que era una muy buena idea expresar todo lo que siento atrancado en el pecho cada vez que lo pienso. Porque no es que yo lo haga a propósito, no es mi intención ser portadora de ese mal gen que no me permite ver más allá de las prendas. Así que, empecemos por eso: padezco de desprecio hacia los estereotipos, en general el de la ropa, la raza, el amor y la lectura.
En primer lugar: la ropa. No hay algo que yo deteste tanto como que las personas midan la cantidad de dinero que tienen según sus prendas. Tampoco me agrada que las mujeres, en particular, sientan que por tener ropa lujosa y de marca sobre pasan en gran manera a todos los demás. Y no es que yo no me vista bien, por decirlo así, pero tampoco es que me importe tanto como para centrar en eso toda mi atención.
Ahora bien, otro estereotipo que me saca de mis casillas son las personas que desprecian a otra por su raza, o sea de dónde son. No creo que hayamos de juzgar a los demás por su lugar de origen, mucho menos por el color de su piel. Citó aquí unas palabras preciosas del libro Las ventajas de ser un marginado: "Supongo que somos quienes somos por diferentes razones, y quizá nunca sepamos la mayoría de ellas. Pero aunque no podamos decidir de dónde venimos, todavía podemos decidir hacia donde vamos. Todavía podemos hacer cosas. Y podemos intentar sentirnos bien con ellas."
La frase dice todo.
En tercer lugar, se encuentra el más ridiculo de todos los estereotipos: el amor. Me rió mucho cuando mis compañeros de grado se dicen estar completamente enamorados, cuando apenas tienen catorce, si mucho dieciseis años. Así que, yo no creo que a esa edad tan corta se pueda amar de verdad.
Otro estereotipo del amor es acerca de que cuando alguien dibuja un corazón, los demás suponen por obviedad que está enamorado. Pero, ¿que diablos les pasa? ¿acaso uno no puede dibujar un corazón nada más porque sí? Si bien esa fama de los corazones las han dotado los distintos tipos de novios; en realidad, para arruinarles un poco esto, debo decirles que ese corazón no significa absolutamente nada, y si representa algo, son solamente dos corazones unidos, de ahí la forma.
Hay muchos más estereotipos del amor, pero creo que solamente hablaré de uno más: el amor no existe. He creído esto hasta ahora, y pienso que tengo algo de razón; porque solamente existe la persona amada, pero el amor no es más que un sentimiento abstracto, totalmente irreal, y que si por alguna razón existiera, solo fuera el ágape, el cual es el amor de Dios.
El último estereotipo del que quiero hablarles es el de la lectura. Algunas personas por ahí ya se sienten lectores solo por haber leído libros que están de moda. No me alegra que leer sea una moda, porque tendría que ser hábito propio en las vidas de las personas. Pero me enoja tanto cuando dicen que una película es mejor que el libro, ¡sin el escritor del libro no habría historia, y sin la historia, no habría película! Claramente las personas no entienden eso. Y son insistentes al momento de decir sus opiniones sobre esto.
En fin, desearía escribir sobre esto otro tanto, pero tengo una entrada en la que hablo de otro estereotipo, el de los concursos de bellezas, por si les llegara a interesar.
Creo que las palabras sobran, así que no puedo decir nada más.
Atte: Dayrin :3
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